Son días felices para los empleados del palacio de los Luján. Salvador y María Fernández sonríen más que de costumbre tras haberse declarado su amor, algo que se ha hecho esperar por la torpeza y el torbellino de nervios de la doncella más alocada de La Promesa. A escondidas, Jana y Manuel también se han dedicado unas bonitas palabras, pero se siguen esforzando por guardar las distancias. Además, la joven ha confesado que su romance con el heredero es un imposible.
En el doble episodio que ha emitido La 1 de TVE como regalo navideño a los fans de la serie de época, Pelayo ha sospechado de Jerónimo, al que ha acusado de sabotear la motocicleta y ser responsable de que el oxígeno llegara tarde. Rómulo y Candela han recriminado a Petra su actitud cuando se enteró del embarazo de Pía. Sin embargo, el ama de llaves ha confesado que no le guarda rencor. No podemos decir lo mismo de Feliciano que no quiere saber nada de su madre.
Cruz considera que la decisión que ha tomado Manuel de ceder la herencia de la baronía de Linaja a Curro es totalmente desafortunada. La marquesa asegura que su hijo es el primero en la línea de sucesión y que es el único merecedor del título nobiliario. Lorenzo también se muestra contrariado y no celebra el atrevimiento de su sobrino. Alonso, en cambio, considera que los jóvenes tienen la suficiente madurez y aprueba la solución que ha encontrado su hijo, un gesto generoso que le honra como persona.