Alonso, el marqués de la casa, se ha convertido en una figura crucial para Rómulo. Su relación con el mayordomo, marcada por el respeto y la confianza, le ha brindado un apoyo invaluable en estos momentos difíciles.
Alonso confía en la inocencia de Rómulo, pero la realidad es que las pruebas y el testimonio del sargento Burdina son contundentes.
El marqués, consciente de la situación, se encuentra entre la espada y la pared: debe apoyar a su mayordomo, pero también proteger la seguridad de su familia.