Por otro lado, Ayala se encuentra lidiando con la realidad de su situación. Margarita no volverá, y su amistad con Cruz se ha deteriorado. Su deseo de permanecer en el palacio se enfrenta a una creciente dificultad.
La situación se agrava con la amenaza de Petra, la ama de llaves, quien se muestra dispuesta a hacer cualquier cosa para proteger a Santos.
Petra, quien no duda en manipular y utilizar las situaciones a su favor, se convierte en una figura clave en la trama. Sus acciones y sus intenciones permanecen ocultas, creando un aura de misterio y peligro.