Martina, con el corazón lleno de dolor y rabia, confrontó directamente a Catalina. Le exigió que dijera la verdad sobre el padre del niño. Sin embargo, Catalina, con una calma sorprendente, negó todas las acusaciones. Afirmó que el niño era su hijo biológico y que no había ninguna mentira en su historia.
La negativa de Catalina hizo que Martina se sintiera aún más confundida y llena de dudas. No podía entender cómo Catalina podía mentir tan descaradamente. Martina decidió que no descansaría hasta descubrir la verdad.
Martina comenzó a investigar el pasado de Catalina. Buscó pruebas que pudieran demostrar que Catalina estaba mintiendo. Visitó a los amigos cercanos de Catalina, a los vecinos e incluso al ginecólogo de Catalina. Sin embargo, todos aseguraron que Catalina era una buena mujer y que no había motivo para mentir.
Durante la investigación, Martina descubrió algunas cosas extrañas. Descubrió que Catalina había tenido una relación secreta con un hombre desconocido. Este hombre desapareció misteriosamente poco después de que Catalina quedara embarazada.
Martina decidió confrontar a ese hombre desconocido. Tras varios intentos, finalmente lo encontró. El hombre confesó que él era el padre del niño. También reveló que tuvo que irse por razones personales.