La Marquesa estaba sentada frente al espejo, con los ojos profundos reflejando su preocupación. Alonso, su esposo siempre sereno, la estaba advirtiendo sobre el peligro que enfrentaba su hijo, Jaime. Jana, la joven de la que Jaime estaba enamorado, se veía atrapada en una lucha feroz llena de conspiraciones. La Marquesa temía que Jana no pudiera soportar la presión y pronto sucumbiría.
Mientras tanto, en otro rincón de la ciudad, José Juan estaba planeando una jugada maestra. Decidió forzar a su hijo Curro a casarse con Matilde, una chica de una familia rica. José Juan creía que esta era la única manera de enseñarle a Curro una lección sobre la responsabilidad y ayudarlo a madurar.
Alonso y la Marquesa tenían diferentes puntos de vista sobre cómo resolver el problema. Alonso quería proteger a su hijo a toda costa, mientras que la Marquesa creía que Jaime debía enfrentar sus dificultades solo. Esta diferencia de opiniones estaba creando una brecha entre ellos, amenazando la armonía familiar.
En otro giro de los acontecimientos, Curro se oponía por completo al matrimonio arreglado. Estaba enamorado de otra chica y no quería ser forzado a casarse con alguien que no amaba. Curro decidió huir de casa para evitar este matrimonio.
En una fiesta social, Jaime y Jana se reencontraron por casualidad. Juntos, comenzaron a planear cómo escapar de sus actuales ataduras y comenzar una nueva vida. Sin embargo, su plan fue descubierto y tuvieron que enfrentar consecuencias graves.
Durante la investigación sobre la desaparición de Jaime y Jana, se desveló un secreto asombroso. Resultó que había una fuerza oculta que controlaba todo, incluyendo las vidas de los personajes principales. Esta fuerza quería aprovechar el matrimonio entre Curro y Matilde para alcanzar sus propios fines.