Curro regresa del campo de batalla con heridas no solo en su cuerpo, sino también en su alma. La guerra lo ha cambiado demasiado, los recuerdos aterradores lo atormentan día tras día. Al regresar a su pequeño pueblo, busca a Martina, la chica a quien solía amar. Pero se da cuenta de que su amor ya no es el mismo. Martina, con su belleza suave y su paciencia, lo había esperado durante los años de la guerra. Pero Curro, con un alma llena de cicatrices, ya no puede corresponderle como antes.
En largas conversaciones, Curro empieza a darse cuenta de que ha amado a otra persona. Esa persona es Jana, la chica del pueblo vecino, quien siempre estuvo a su lado en los momentos más difíciles. Jana, con su calidez y comprensión, lo ayudó a superar el dolor de la guerra.
Con el corazón pesado, Curro decide decirle la verdad a Martina. Sabe que esto es lo más difícil que ha hecho, pero no quiere seguir engañándola. Martina, aunque con el corazón roto, trata de mantener la calma. Le dice a Curro que lo entiende y le desea felicidad.
El giro de la vida
Después de separarse de Martina, Curro y Jana comienzan una nueva vida juntos. Deciden casarse y formar una familia. Sin embargo, los fantasmas del pasado siguen acechando a Curro. A menudo es perturbado por pesadillas y siente que le es difícil olvidar por completo lo que ocurrió.
Martina, tras el gran golpe emocional, comienza a sanar poco a poco. Se concentra en su trabajo y en otras relaciones. Aún ama a Curro, pero sabe que su amor ya no puede ser lo que era.
Un tiempo después, Curro y Jana tienen un hijo. El niño, saludable y risueño, les trae alegría y esperanza. Sin embargo, Curro sigue sintiendo que no está completamente feliz. Siempre lleva consigo la culpa de haber herido a Martina, y teme que el pasado siempre sea una cicatriz en su vida.”