Rodrigo, el joven con el cabello rizado y castaño y los ojos azul intenso, estaba sentado junto a la pequeña ventana, observando el romántico río Sena fluir por París. El paisaje encantador de la ciudad de la luz no lograba disipar la nostalgia por su tierra natal y, especialmente, por Paula, la chica de la que se había enamorado profundamente. Los hermosos recuerdos de las tardes paseando por la ciudad, las conversaciones nocturnas, y los cálidos apretones de mano volvían a su mente una y otra vez.
Un día, después de mucho pensarlo, Rodrigo decidió enviar un mensaje a Paula. Quería saber cómo estaba, si se encontraba bien. El breve mensaje fue enviado, cargado de todos los sentimientos que él llevaba dentro.
En otro rincón del mundo, Paula enfrentaba dificultades familiares. Sus padres estaban constantemente en desacuerdo, lo que hacía que el ambiente en casa se volviera tenso. En medio de su tristeza, abrió su teléfono y, para su sorpresa, recibió un mensaje de Rodrigo. Al leer el mensaje, el corazón de Paula comenzó a latir más rápido. La sensación familiar y cálida la envolvía, disipando un poco la tristeza que sentía.
La conversación por mensajes duró toda la noche. Se contaron cómo les iba en la vida, las experiencias que habían vivido y los sueños que tenían para el futuro. Cuanto más hablaban, más se daban cuenta de que sus sentimientos el uno por el otro seguían siendo muy fuertes. A pesar de la distancia geográfica, sus corazones seguían unidos.
Después de esa conversación, Rodrigo decidió regresar a su tierra natal. Quería ver a Paula, quería ver su sonrisa una vez más. Al regresar, Rodrigo preparó un pequeño regalo y un ramo de rosas rojas. Fue a la casa de Paula en una hermosa tarde soleada. Cuando se reencontraron, ambos estaban profundamente emocionados. Se abrazaron con fuerza, como si quisieran recuperar el tiempo perdido.
Esa noche, caminaron por las calles de la ciudad, se sentaron juntos junto al mar, recordando los momentos felices. Rodrigo expresó nuevamente sus sentimientos hacia Paula. Le dijo que todavía la amaba mucho y que quería estar con ella para siempre. Paula tampoco pudo ocultar sus sentimientos. Admitió que siempre lo había extrañado.
Finalmente, ambos decidieron construir un futuro feliz juntos. Se comprometerían a superar cualquier dificultad o distancia para estar siempre el uno al otro. Porque su amor era lo suficientemente grande como para superar cualquier desafío.
La historia de amor entre Rodrigo y Paula es una prueba de que el amor verdadero puede trascender cualquier distancia y el paso del tiempo. Nos muestra que, aunque la vida esté llena de cambios, los sentimientos sinceros siempre existen y traen felicidad a las personas.