Curro promovió un acercamiento entre Jana y Manuel, pero ella insistió en que necesitaba más tiempo antes de dar una respuesta a sus padres. Por su parte, la marquesa dio orden de que Jana dejara de ser doncella del palacio y quiso que todo el mundo la tratara como la futura esposa de Manuel. Lorenzo le contó a Martina que Ayala se había autoenvenenado y le reveló a Cruz que el origen de los rumores de la infidelidad del marqués provenía de los duques de los Infantes. Además, José Juan le expresó su deseo de que Curro se casara con Julia, y el capitán prometió considerarlo. Catalina le reveló a Martina la verdad sobre su embarazo y le pidió a Pelayo que se decidiera de una vez. Rómulo se despidió de las cocineras, y Alonso anunció a su familia la partida del mayordomo. A pesar de las quejas de Manuel y Catalina, Cruz no estuvo dispuesta a ceder. El padre Samuel se instaló en La Promesa y Petra le confesó a Teresa que sabía que su “marido” le era infiel.
Las intenciones de Lorenzo y José Juan respecto a Julia y Curro pesaron como una losa sobre el muchacho, quien tenía sentimientos encontrados. Un encontronazo entre Ayala y Lorenzo le sirvió al segundo para seguir urdiendo un plan mientras manejaba los hilos a su espalda. Las cocineras comenzaron a investigar para averiguar más sobre Samuel, pero no fueron las únicas en poner a prueba al cura. Jana descubrió en sus compañeras las consecuencias negativas que acarreaba su cambio de estatus. Teresa y Marcelo decidieron mantener la mentira de su matrimonio a ojos de Petra, pese a las posibles represalias.
Curro le contó a Jana que Manuel había dejado la aviación para que sus padres la aceptaran, y eso llevó a Jana a decidir mudarse a la planta noble. Cuando Cruz se enteró, pidió que le prepararan una habitación y organizaran una fiesta de despedida. Pelayo y Catalina discutieron por la fecha de la boda, y Alonso le pidió al Conde que templara con su hija. José Juan volvió a arremeter contra Curro, mientras Cruz declaró la guerra a los duques de los Infantes. Don Samuel volvió a pedirle más dinero a Cruz, quien se lo dio casi bajo coacción. Petra mantuvo a Marcelo firme y este se desahogó con María Fernández. Petra prometió ayudar a desenmascarar al conde de Ayala, quien respondió violentamente contra el ama de llaves.