Ante la negativa rotunda de Alonso a asistir a la fiesta organizada por los Duques de Urbizu, Cruz se vio obligada a buscar una solución. Sabía que la presencia de Alonso en el evento era crucial, no solo por las relaciones sociales sino también por la imagen de la familia. Por eso, recurrió a su hermano Manuel como posible acompañante para ella en la fiesta. Sin embargo, tanto Manuel como su padre compartían una profunda preocupación por el enfrentamiento cada vez más evidente entre la Marquesa y los Duques de los Infantes. Este conflicto, que amenazaba con desatar problemas mayores, mantenía a la familia al borde de un escándalo.
Manuel, sabiendo lo delicada que estaba la situación, decidió intervenir. Si no actuaban rápidamente, los rumores sobre la supuesta infidelidad de Alonso seguirían creciendo, empeorando aún más la reputación de la familia. Con la presión de mantener la imagen intacta, Manuel logró convencer a Alonso de que asistiera a la fiesta junto a su esposa, para evitar más críticas y calmar los murmullos que rondaban su entorno. La familia estaba en juego, y cualquier paso en falso podría tener consecuencias desastrosas.
Mientras tanto, Cruz se encontraba organizando una cena de bienvenida en honor a Jana, quien, a pesar de estar en su propia casa, se sentía cada vez más agobiada por las expectativas que recaían sobre ella. La situación se complicaba aún más cuando Jana se dio cuenta de que no tenía un vestido adecuado para la ocasión. Su suegra, Leonor, le había prohibido usar los trajes que le habían quedado de las celebraciones pasadas, lo que ponía a Jana en una posición incómoda. La joven se debatía entre respetar esa prohibición o tomar una decisión desesperada en el último momento. La presión social y las altas expectativas familiares comenzaban a superarla, llevándola al límite de sus fuerzas.
Así, mientras la noche se acercaba, las decisiones que tomaban los personajes y las tensiones que se acumulaban parecían empujar a todos hacia un desenlace impredecible, donde los lazos familiares y las apariencias sociales jugarían un papel crucial.