La Promesa ha vuelto un día más a la pequeña pantalla con un episodio de lo más emocionante. En la última entrega de la serie de La 1 de Televisión Española, con el salto temporal de varios meses ya llevado a cabo, Cruz aparece muy melancólica por la marcha de Manuel a la guerra junto a Curro, y está destrozada pensando que su hijo puede haber muerto en la contienda. Como válvula de escape, organiza una cena para celebrar el cumpleaños de Manuel, aunque esto no es bien recibido por Alonso, que no soporta a la marquesa. Aparece un nuevo personaje, María Antonia, una vieja conocida de los Luján, cuya presencia ayuda a paliar el dolor por la ausencia de Manuel y actúa como un bálsamo para la tensa relación entre los marqueses. Sin embargo, su llegada acabará trayendo grandes problemas al matrimonio.
Por otro lado, Catalina se ha autoexiliado en el hangar debido a una afrenta pasada de Cruz y no hay rastro de Pelayo, quien se marchó de La Promesa tras ser descubierto en más mentiras imperdonables. Catalina intenta pasar página, pero las heridas siguen abiertas. María Fernández, por otro lado, no aceptó el trabajo con los duques de Abrontes y continúa en La Promesa. Vera y Santos están ahora forzosamente juntos, lo cual amarga a Lope, quien se ha sumergido en un mundo oscuro y debe dinero a gente peligrosa. Además, Petra, la nueva ama de llaves, abusa de su posición para humillar a las sirvientas, especialmente a Pía, quien ha sido degradada a criada y sufre un trato especialmente cruel. Por su parte, Jana sufre en silencio la agonía de no tener noticias de su amado y su hermano en la guerra desde hace más de un mes, temiendo que hayan perecido en la contienda más sangrienta.
Avance del capítulo 362
En el próximo capítulo de La Promesa, los Luján reciben una carta desde el frente que informa que Manuel y Curro no aparecen en los registros de bajas. Lejos de tranquilizar a la familia, esta noticia aumenta el desasosiego en La Promesa. En este clima de tensión, Rómulo muestra su preocupación ante Alonso por la situación de Catalina, quien sigue alojada en el hangar. El mayordomo ha descubierto el macabro plan de Cruz y Lorenzo para enviarla a un manicomio y se propone ayudarla a estar prevenida, aunque sabe que no será una tarea fácil.