Curro, un joven lleno de ambiciones, vive una vida tranquila junto a su familia. Su padre, un hombre estricto y tradicional, siempre ha deseado que su hijo tenga una vida estable y feliz. Un día, al escuchar accidentalmente una conversación entre su padre y José Juan, un amigo cercano de la familia, Curro queda impactado al descubrir que están planeando casarlo con Julia, la hermosa hija de José Juan.
Esta noticia deja a Curro profundamente confundido. Aunque Julia es una chica amable y bonita, su corazón pertenece a otra persona. Curro está enamorado de una chica llamada Ana, una talentosa pintora con una gran personalidad. Ana y Curro han compartido muchos momentos hermosos, y él realmente la ama.
Dividido entre el amor y la responsabilidad, Curro se siente en un conflicto interno. Por un lado, quiere satisfacer a sus padres y seguir la tradición familiar. Por otro, no quiere renunciar a su amor. Curro comienza a reflexionar sobre el futuro y lo que realmente desea en su vida.
En los días siguientes, Curro pasa noches en vela, preguntándose si debería defender su amor. Teme que, si desobedece a sus padres, podría causar grandes problemas para la familia. Sin embargo, también teme que, si sigue así, acabará viviendo una vida que no es la suya.
Curro decide hablar con Ana y contarle las dificultades que enfrenta. Ana lo escucha y lo consuela, diciéndole que confía en su amor y siempre estará a su lado.
Después de hablar con Ana, Curro se siente un poco más aliviado. Sin embargo, el problema sigue sin resolverse. Necesita encontrar una manera de satisfacer a sus padres y, al mismo tiempo, seguir su amor.
Finalmente, Curro decide hablar honestamente con su padre. Expresa sus sentimientos por Ana y su deseo de poder elegir libremente a su compañera de vida. La conversación es tensa, pero al final, el padre de Curro accede a escuchar los deseos de su hijo.
Después de mucho tiempo reflexionando, el padre de Curro decide respetar la decisión de su hijo. Comprende que la felicidad de sus hijos es lo más importante.