Tras su escapada romántica a la playa, Jana y Manuel deben regresar a La Promesa y afrontar las consecuencias de sus actos. La alegría por su reencuentro se ve empañada por la tensión que reina en el palacio, especialmente por la postura inflexible de los marqueses de Luján ante su relación.
La determinación de Manuel de seguir adelante con su pasión por la aviación le lleva a participar en una competición de aeroplanos, decisión que Jana, por precaución, decide no acompañar.