Martina había sido testigo del sufrimiento de Catalina, su mejor amiga, debido a un amor incompleto con Pelayo. Aunque Pelayo siempre mostraba interés por Catalina, no se atrevía a tomar una decisión clara, lo que mantenía a Catalina en la incertidumbre, sin saber hacia dónde se dirigía su futuro.
Incapaz de ver a su amiga seguir sufriendo, Martina decidió hacer algo al respecto. Fue a ver a Pelayo y le expresó sus sentimientos de manera directa. Martina le dijo a Pelayo que los sentimientos de Catalina hacia él eran sinceros, y esperaba que él pudiera dar una respuesta clara para que Catalina pudiera tomar una decisión sobre su futuro.
Pelayo se sintió confundido ante la sinceridad de Martina. Se dio cuenta de que también sentía un amor profundo por Catalina, pero temía tener que tomar una decisión tan importante. Sabía que, independientemente de la elección que tomara, terminaría lastimando a una de las dos.
Mientras tanto, Catalina, después de enterarse de la conversación entre Martina y Pelayo, se sintió profundamente herida. No sabía si debía seguir esperando un amor incierto o dejarlo ir para buscar la felicidad por sí misma.