Cruz, la marquesa, representa una figura de autoridad y poder en La Promesa. Su decisión de expulsar a Pía Adarre de la casa, a pesar de la inocencia de la joven, demuestra que es una mujer implacable y dispuesta a tomar decisiones drásticas.
Cruz, con su influencia sobre el sargento Burdina, podría inclinar la balanza en contra de Rómulo. Su ambición por mantener el orden y la seguridad en la casa, junto con su falta de empatía, podrían poner en riesgo la libertad del mayordomo.