Martina y Ayala siguen investigando la misteriosa desaparición de Margarita, mientras Curro intenta zanjar las sospechas que se ciernen sobre su parentesco con Jana. Pelayo, en un acto de compasión, anima a Catalina a visitar a Rómulo, quien se encuentra encarcelado y con su salud en deterioro.
Ricardo, testigo de la visita, se ve obligado a callar ante las amenazas del Conde de Añil, quien pretende usar la debilidad de Catalina para manipular la situación.
Cruz, por su parte, intenta obtener información sobre el pasado de Ricardo y el fallecimiento de su esposa, pero éste se niega a revelar sus secretos.